¡Buenos días a tod@s!
-De suerte, señora, que vuestro captivo lo es también del alcaide de Álora; yo no siento la pena de la prisión, que vos enseñastes mi corazón a sufrir, mas vivir sin vos tendría la misma suerte.
La dama con buen semblante le dijo:
-No te acongojes, Abindarráez, que yo tomo el remedio de tu rescate a mi cargo, porque a mí me cumple más. Yo digo así: que cualquier caballero que diere la palabra de volver a la prisión, cumplirá con enviar el rescate que se le puede pedir. Y para esto ponedle vos mismo el nombre que quisierdes, que yo tengo las llaves de las riquezas de mi padre; yo os la porné en vuestro poder; enviad de todo ello lo que os paresciere. Rodrigo de Narváez es buen caballero y os dio una vez libertad y le fiastes este negocio, que le obliga ahora a usar de mayor virtud. Yo creo que se contentará con esto, pues teniéndoos en su poder ha de hacer lo mismo.
El Abencerraje la respondió:
-Bien parece, señora mía, que lo mucho que me queréis no os deja que me aconsejéis bien; por cierto no cairé yo en tan gran yerro, porque si cuando venía a verme con vos, que iba por mí solo, estaba obligado a cumplir mi palabra, ahora, que soy vuestro, se me ha doblado la obligación. Yo volveré a Álora y me porné en las manos del alcaide de ella y, tras hacer lo yo lo que debo, haga él lo que quisiere.
-Pues nunca Diosa quiera -dijo Jarifa- que, yendo vos a ser preso, quede yo libre, pues no lo soy. Yo quiero acompañaros en esta jornada, que ni el amor que os tengo ni el miedo que he cobrado a mi padre de haberle ofendido, me consentirán hacer otra cosa.
El moro, llorando de contentamiento, la abrazó.
El objetivo del presente comentario es analizar la
finalidad de convergencias expresivas en que se articula la unidad de sentido
que el texto proyecta. Por ello, examinaremos la estilística interna del
fragmento, averiguando así el modo en que se estructuran los motivos alrededor
del eje temático básico. En segundo lugar, interpretaremos la estilística
externa, es decir, los procedimientos estilísticos y figurativos que sirven
para vehicular el esquema temático del fragmento.
El texto se encuentra inscrito en la novela morisca,
más concretamente con él se configura la amplia colección de novelas de tema
morisco. La temática principal se basa en los sentimientos amorosos que existen
entre Abindarráez y Jarifa declarados en el momento previo de que Abindarráez
se entregue al ‘alcaide de Álora’.
El tema principal aparece a partir de dos motivos
principales que componen su esquema temático, el primero de ellos se encuentra
en los tres primeros párrafos donde el autor expone la intención de Jarifa para
lograr la libertad de su amado. Esta necesidad de permanecer al lado de
Abindarráez aparece representada por las siguientes palabras clave: alcaide,
prisión, rescate, riquezas y libertad.
Este primer motivo se complementa con el segundo eje
temático que aparece en los cuatro últimos párrafos, donde los personajes
(Abindarráez y Jarifa) confiesan la correspondencia amorosa y el sentimiento de
pertinencia que poseen el uno hacia el otro. Este sentimiento lo muestra el
autor mediante lo que podríamos considerar las palabras clave: soy vuestro,
amor que os tengo y nunca […] quede yo libre.
Por otro lado, cada uno de los motivos temáticos
nombrados con anterioridad se construyen mediante un mismo proceso actorial. En
ambas unidades temáticas el autor da voz en forma de diálogo a los personajes,
lo cual permite que la narración sea más próxima al receptor; puesto que es el
propio Abindarráez y la propia Jarifa la que exponen su preocupación por la
partida del primero hacia el cautiverio y sus sentimientos amorosos.
Debido a todo lo expuesto, podemos afirmar que el
fragmento se inscribe en el tópico de la ‘cuita amorosa’ debido a la exposición
de sentimientos dolorosos que encontramos, por parte de Jarifa y Abendarráez, ante
la separación de los dos amantes por la entrega del segundo al cautiverio.
Al resumir la articulación temática del fragmento,
se evidencia una estructura en estricta correspondencia entre las dos partes,
puesto que se parte de la exposición del motivo principal (prisión) que va a
separar a los dos amantes y se llega a las confesiones amorosas de ambos
personajes. Por tanto, posee una estructura lineal, ya que concluye con la
confesión de Jarifa a Abindarráez: esta queda presa del amor que siente por su
enamorado. Dicha conclusión condensa todas las intenciones que ha ido
exponiendo el autor a lo largo de las líneas, es decir, cómo Jarifa pretende
pagar la libertad de Abendarráez para evitar que sea internado en prisión
confesando porque no es capaz de vivir sin su amor.
De la misma forma se puede tratar la simetría que
posee la estructura climática, puesto que el clímax del fragmento se sitúa en
el momento final en que Jarifa confiesa ser presa del amor que siente por
Abindarráez y el momento en que este segundo personaje la estrecha entre sus
brazos mientras emanan lágrimas de sus ojos para demostrar la felicidad que
siente al saber que Jarifa será por siempre suya.
En lo que se refiere al análisis de la estructura
externa, debemos señalar aquellos recursos figurativos y estilísticos que
actualizan los contenidos temáticos, es decir, pasaremos a tratar el nivel
pragmático, léxico-semántico y fónico del fragmento.
En relación al nivel pragmático, diremos que
encontramos un diseño comunicativo predominante, ya que en el texto se
desarrolla un discurso afectivo-intimista dialogado entre ambos protagonistas
en el que muestran sus sentimientos y el motivo de su alejamiento. Debido a
ello, la función comunicativa principal es la expresiva.
En el segundo de los niveles, el léxico-semántico,
destacamos la tonalidad del sentimiento del yo narrativo aparentemente oscuro a
lo largo de todo el fragmento con ejemplos como captivo, sufrir, prisión,
preso, miedo y yerro; pero que posee matices de claridad cuando habla de
rescate, riquezas, llaves, libertad, amor y abrazó.
La expresión de todo lo argumentado, está formada
por una serie de términos a lo largo de todo el poema que convergen en una
isotopía, la del amor truncado que sufren ambos personajes: soy vuestro, amor,
prisión, preso, cumplir mi palabra, rescate, captivo, alcaide de Álora y
libertad.
Desde un punto de vista sintáctico, resulta
llamativa la presencia de un lenguaje sencillo y elegante para la expresión del
dolor por la separación de los amantes y la preocupación de ser condenado por
el ‘alcaide de Álora’. Encontramos arcaísmos propios del siglo XVI como
«captivo».
Por lo que respecta al nivel morfológico, resulta de
especial pertinencia el manejo de toda una serie de adjetivos y sustantivos
referidos a la temática principal del fragmento: la prisión y las ansias de
Jarifa por liberar a Abindarráez empleando términos claros y oscuros para hacer
hincapié en la esperanza de poder ser puesto en libertad y el bello, pero a la
vez doloroso sentimiento amoroso que poseen ambos personajes. Es interesante
resaltar el empleo de verbos en tiempo pasado, mediante los cuales Abindarráez
rememora los momentos en que iba a buscar el amor de Jarifa; asimismo, los
tiempos en presente para demostrar, tanto Abendarraéz como Jarifa, su profundo
amor; y el futuro, utilizado por Jarifa para demostrar la intención y esperanza
que posee de poder liberar a su amado.
Asimismo, desde el nivel fónico se refuerza el
contraste temático y sintáctico entre estas dos unidades temáticas, más
concretamente la distribución de las diferentes y escasas intervenciones que
realizar el narrador, a modo de pausas descriptivas, para hacer ver al lector
los actos o respuestas de ambos personajes, es decir, se centra en algún
detalle relevante. Ello permite que el discurrir del texto narrativo sea
dinámico y fluido.
Tras el análisis
anterior pasaremos a abordar el plano del estudio filológico del presente
fragmento. En primer lugar, diremos que se emplea el castellano de los Siglos
de Oro, es decir, el establecido desde la aparición de la Gramática Castellana de Nebrija (1492) hasta los inicios del siglo
XVII. Se trata de un período crucial de fijación fonológica y de evolución de
la mayoría de las grafías medievales.
Como muestra de lo argumentado con anterioridad,
encontramos en el texto el triunfo de la «h» frente a la «f» inicial latina y
la generalización del empleo pospuesto del pronombre tras el imperativo, como
se observa en ‘ponedle’ (línea 7). Asimismo, desaparece la confusión entre las
grafías «b» y «v» tal y como se muestra en ‘caballero’ (línea 10) y ‘vuestro’
(línea 9). A su vez, se ha sustituido el empleo de ‘agora’ por ‘ahora’ (línea
11).
Sin embargo, se
mantiene la alternancia de la terminación verbal «-stes / -steis» en el
perfecto simple (‘fiastes’, línea 10) y
el empleo de «vos» (línea 2). Es interesante destacar también el mantenimiento
de las formas de futuros ‘cairé’ (línea 15) o ‘porné’ (línea 17).
En suma, a lo largo del presente análisis se han
puesto de manifiesto los indicios temáticos y expresivos que nos permiten
localizar el fragmento en los Siglos de Oro, más específicamente en el siglo
XVI, puesto que encontramos elementos, como la hermosura de la dama (línea 4) y
el dolor amoroso por la separación de los amantes, que nos permiten datarlo en
dicho periodo.
Es importante señalar que el fragmento posee una
estructura lineal bien articulada que permite que los lectores conozcan y
sientan directamente las sensaciones de los personajes, gracias a la tipología
textual dialógica que presenta el texto. Por tanto, nos encontramos ante un
narrador heterodiegético-extradiegético que no aparece como personaje en la
historia, sino que da voz propia a Abindarráez y a Jarifa, es decir, se emplea
el discurso indirecto libre. Asimismo, la focalización que encontramos es la
fija o selectiva, ya que el autor selecciona a dos personajes para que narren
con sus propias voces los hechos y sus sentimientos.
Como resultado final, se obtiene un texto
correctamente cohesionado, coherente y adecuado al contexto de emisión que
consigue transmitir el mensaje que el autor desea que llegue al lector.
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