domingo, 24 de abril de 2016

IV CENTENARIO DE LA MUERTE DE CERVANTES

¡Buenos días a tod@s!


Como ya sabéis, este año 2016 es el IV Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes Saaedra, por tanto, he pensado que sería una buena idea hablar, también con motivo de la Feria del Libro de Valencia, un poquito sobre su obra más destacada: El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha





OBRA: El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, más conocido como Don Quijote de la Mancha.

AUTOR: Miguel de Cervantes de Saaedra nació en 1547 en Alcalá de Henares y murió en 1616 en Madrid, por lo tanto, podemos afirmar que vivió bajo el reinado de Felipe II y Felipe III. Podríamos extendernos acerca de la biografía y la obra de Cervantes, pero como lo que nos interesa aquí es comentar ciertos aspectos de su obra cumbre; a todos aquellos a los que les interese conocer un poquito más a este brillante autor podéis acceder aquí.



AÑO DE PUBLICACIÓN: 1605

EDITORIAL: Cátedra

COMENTARIO: Me apetece comentar este pequeño y humilde comentario con la parodia que Cervantes realiza en su obra sobre los libros de caballería. Como ya sabéis, Don Quijote de la Mancha critica toda una tradición de obras caballerescas que abarca desde la poesía heroica caballeresca de la Edad Media hasta el Renacimiento (finalizó con la publicación del Orlando el Furioso). Según Menéndez Pidal, Cervantes adoptó una actitud aristotélica y del arte verdadero ejemplar para defender que los libros de caballería no transmitían una verdad universal ni moral, por ello en el prólogo de la primera parte afirma que desea realizar una parodia de la falsedad que caracteriza a estos libros. 

Por tanto, la parodia es la estructura base en la que se encadenan el resto de elementos novelescos del libro. 

Si nos centramos en las diversas fuentes, observamos dos vías distintas: en la primera críticos como Menéndez Pidal o Dámaso Alonso opinan que Cervantes se sirve de una larga tradición literaria que aplica en su composición más célebre. El primero (Menéndez Pidal) considera que Cervantes consulto el Entremés de los Romances donde el protagonistas cae en la locura leyendo romances, el segundo (Dámaso Alonso) afirma que estuvo en contacto con el 'caballero Camilot' y de ahí extrae las ideas para crear a su personaje.

Sin embargo, encontramos una segunda postura que apela a la realidad de los personajes, es decir, consideran que han sido extraídos de personas reales. Esta teoría es defendida por Menéndez Pelayo, el cual argumenta que Cervantes se informó sobre casos reales de locura y alucinaciones al leer libros de caballería; otros como Blanca de los Ríos y Rodríguez Marín se dedicaron a buscar la existencia de personajes con el apellido Quisada o Quijano.

Adentrándonos en la composición, observamos que la primera edición de la primera parte fue publicada en 52 capítulos divididos en 4 bloques, cosa que no volvió a suceder en el resto de ediciones. En esta primera parte, Don Quijote realiza dos salidas: en la primera salida marcha solo, en la segunda acompañada con Sancho. El final de la obra viene con el encantamiento de Don Quijote y la posterior vuelta a casa llevado por el Cura y el Barbero. A estas aventuras debemos sumar una serie de relatos accesorios que poseen en mayor o menos medida relación con la trama principal.

Menéndez Pelayo argumenta que estos relatos han sido tomados por Cervantes de la tradición anterior: novela pastoril, novela sentimental, novela psicológica, novela de aventuras contemporánea y reminiscencias constantes a Boccaccio y Ariosto. 

La segunda parte (publicada 10 años más tarde) surge con el motivo de la publicación de una versión apócrifa, cuyo autor es Avellaneda de Don Quijote, titulada Segundo Tomo del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha. Cervantes pretendía desmentir que esa segunda parte fuera la original y decidió crear la segunda parte con una tercera y última salida de nuestro hidalgo. En esta también se incorporan una serie de relatos, sin embargo ya encontramos un cambio notorio, ya que están más enlazados a la trama principal hasta el punto que parecen formar parte de ella. 

Con respecto a la técnica novelesca, debemos decir que con el Quijote muere la novela caballeresca y aparece la novela moderna. Si bien es cierto, en la obra de Cervantes se fusionan ambos géneros (debido a la parodia principalmente del primero). Cervantes aporta realismo a la obra, según Álvaro Fernández Suárez, mediante un procedimiento muy habitual: el autor desconoce el nombre de su héroe; además incorpora datos históricos y en la segunda parte cobra aún mayor realismo porque Don Quijote averigua la existencia de una versión apócrifa mediante la conversación que mantiene con el resto de caballeros. 

Lo que más me llama la atención de esta obra son sus personajes principales: Don Quijote y Sancho. La evolución de Don Quijote se da entre su primera salida, posee una gran inseguridad, y la segunda, donde hay un tono más vigoroso que permite que Don Quijote imponga su fe a las dudas ajenas y a las suyas propias. El final de la primera parte y el principio de la segunda representan el periodo culminante de esa fe. Es importante señalar que en la segunda parte hay un cambio muy relevante, ya que en el capítulo de la cueva de Montesinos, Don Quijote se ríe de todo lo que le cuentan acerca de lo caballeresco. Es un cambio realmente interesante en el personaje. 

Sancho, por su parte, debemos caracterizarlo de valeroso, siempre se le ha considerado un personaje cobarde porque Don Quijote así lo trata en la obra; sin embargo, no es cobarde, sino pacífico y prudente. Asimismo, debemos destacar en él la fe que tiene en su amo por ser una figura superior, aunque en ocasiones la pierde porque comprueba que lo que argumenta Don Quijote es falso.  

Por último, me gustaría realizar la relación entre Don Quijote y el ideal caballeresco. Menéndez Pidal y Luis Rosales defienden la posición de Don Quijote como héroe. Héroe convertido en tal mediante la burla y la humillación final, ya que a través de ello se construye la dimensión heroica. 

Esa dimensión heroica no es la de Amadís de Gaula, sino que se trata de un héroe psicológico e intencional redimido por el espíritu con el que afronta sus aventuras. Lo que en realidad pretendía Cervantes es que los lectores sintiéramos admiración, comprensión y arrepentimiento. Además, Maravall defiende que la intención del autor no era didáctica, sino que intentaba plasmar una actitud reformista: el hombre tiene la capacidad de poder mejorar.


En suma, se trata de una de las obras cumbres de todo el panorama literario español y uno de los 'héroes' más conocidos de toda la literatura mundial. Sin duda, un libro que debe leerse y tenerse en todo hogar.


'Un baccio molto grande'


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